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Hay una medida que parece universalizar la autonomía de los teléfonos móviles: los mAh o miliamperios hora. Sin embargo, al igual que ocurre con la movilidad eléctrica, la misma batería tiene distintos comportamientos si nuestra conducción es más agresiva o el motor eléctrico más eficiente.

Un teléfono optimizado y con un hardware más liviano aguantará más horas encendido con la misma batería. Y aquellos usuarios que cuiden el terminal día tras día conservarán una autonomía más elevada. En este artículo hacemos una lista con los factores que más condicionan la autonomía de tu móvil.

Eso del miliamperio hora, ¿qué es?

Los mAh son un modo de hacer referencia al nivel de carga. Una batería de 1.000 mAh podrá suministrar 1.000 miliamperios durante una hora. Si el consumo del móvil es de 250 mA, nos durará cuatro. Para dos teléfonos iguales y el mismo usuario, un terminal con más mAh dará como resultado una mayor durabilidad. Pero no hay dos teléfonos iguales.

La importancia de un buen procesador

Junto a la pantalla, el procesador es uno de los elementos que más consume. Es lógico si tenemos en cuenta que es la parte que «piensa» y realiza cálculos constantemente. De ahí que lo ideal es que haya sido diseñado del modo más eficiente, como el Qualcomm® Snapdragon™ 660 de ocho núcleos.

Un procesador optimizado reduce considerablemente el consumo

Este chip, que cuenta con tecnología Kryo™ mejora su rendimiento en más de un 67%, reduciendo su consumo un 30%, con respecto a otros modelos. Podemos verlo en terminales como el Aquaris X2 Pro (abajo), sobre el que mencionaremos otras características que hacen fuerte a su batería.

El sistema operativo, mejor si está optimizado

En las personas, el metabolismo basal es el gasto de energía que tenemos por el mero hecho de estar vivos. Los teléfonos móviles también tienen un gasto basal por estar encendidos. Este gasto depende de cómo de eficiente sea la combinación de un software y el hardware, y se dispara con el teléfono en uso.

SO y procesador trabajan juntos

Los nuevos sistemas operativos están muy orientados al consumo y a un uso eficiente de la energía. Solemos tener claro que cuanto más reciente sea el SO más seguros estaremos, pero a esto hemos de añadir que mejor cuidada estará la batería. Por ejemplo, Android Oreo 8.1, la versión que con la que se lanza el Aquaris X2 Pro que además es Android One, incluye mejoras en cuanto a la eficiencia. Android One es un programa que nació con el objetivo de hacer lo más fluido posible el terminal.

La tecnología implicada en el desarrollo de la batería

Otro de los factores clave es el año y tecnología de la batería. Podemos destacar cómo las baterías de Ion-Litio dejaron atrás el efecto memoria. Una batería que marque 1.000 mAh de Ion-Li, frente a otras de 1.000 mAh de Ni-Cd o Ni-MH, durará más tiempo y permanecerá en condiciones óptimas más años.

La carga rápida permite mayor flexibilidad diaria

Del mismo modo, no todas las baterías de litio son iguales. Generación tras generación se consigue más densidad energética (más mAh en el mismo espacio) pero también una mejor eficiencia de esa energía almacenada al entrar en el terminal. Es decir, que cada poco tiempo las baterías mejoran su autonomía.

 

También su tiempo de carga. Qualcomm trabaja con numerosos fabricantes de teléfonos móviles para dotarlos de carga rápida. Arriba vemos el cable USB-C OTG conectado al puerto de un Aquaris X2 Pro. Esta tecnología Qualcomm® Quick Charge™ 4+ permite cargar el 50% de la batería con 30 minutos de conexión.

¿Cuántas aplicaciones tienes abiertas?

Hasta ahora hemos visto tres parámetros de fabricación y diseño con mucho peso en la autonomía, pero el tipo de uso que demos al terminal tiene un gran impacto en cuánto dure esta. Empezando por aumentar el consumo basal abriendo decenas de aplicaciones.

Si cierras apps que no usas, la batería durará algo más

Podemos hacer la prueba con nuestro terminal actual. Por ejemplo, abriendo todas las aplicaciones que podamos. Pronto veremos cómo el porcentaje de la batería cae drásticamente. Tampoco ayuda tener instaladas muchas aplicaciones que demanden datos, como Twitter, WhatsApp, Gmail, etc.

Si no lo necesitas, considera desinstalarlas. Y, si las necesitas, plantéate la opción de reducir la frecuencia con la que se conectan a Internet en busca de datos. Por ejemplo, limitando nuestro correo en el móvil para que busque nuevos emails cada hora en lugar de cada cinco minutos. Lo notaremos en la batería.

El calor, factor que deteriora cualquier batería

El calor es un elemento muy importante en todo tipo de dispositivos. Un entorno excepcionalmente cálido hace no solo que la batería dure menos. También ralentiza el teléfono e incluso puede dañar algún componente.

La tecnología y el calor no se llevan bien

En el extremo, pensemos en qué le ocurre a un smartphone al sol, o por qué los ordenadores con refrigeración líquida van más rápido que los que funcionan con ventilador. El calor y la electrónica no se llevan bien.

Qué podemos hacer como usuarios? Evidentemente, no dejar el teléfono a la intemperie. Tampoco meterlo en la cama a la hora de dormir o llevarlo directamente pegado al cuerpo. Producimos calor y el teléfono también.

Intenta no usar el teléfono mientras carga

Si tenemos el teléfono cargando, lo ideal es no darle un uso excesivo. Para cargar un smartphone hace falta someter a la batería a una diferencia de potencial. Así es como se recargan las celdas de Ion-Li. Y esto genera algo de calor. Si, mientras tanto, estamos usando por ejemplo un videojuego que use muchos recursos, también estamos vaciando la batería. Doble fricción, y más calor.

Durante la carga de la batería es conveniente no descargarla

Ya hemos visto antes que el calor no es amigo de las baterías. Ni de las antiguas, con efecto memoria, ni de las nuevas. Si quieres conservar la autonomía en el tiempo, mejor cargar el móvil sin usarlo a la vez, con la pantalla apagada y en un lugar que no sea cálido. Por ejemplo, evitar dejarlo sobre el PC.

Si puedes, usa el cable del fabricante para cargarlo

Cuando compras un teléfono móvil este suele venir con un cable USB. Se aconseja usar elementos del fabricante o con marcado CE (Conformidad Europea) siempre que te sea posible. Al igual que ocurría con el hardware y software, el teléfono móvil y cable han sido optimizados el uno para el otro.

Otro punto importante es el voltaje y amperaje que requiere el teléfono. Por ejemplo, para un teléfono cuyo voltaje óptimo de carga es de 5V/1A, deberíamos usar adaptadores y cables que permitan este tipo de carga. Así evitaremos deteriorar componentes como la batería, cableado interno, adaptador, e incluso procesador.

Además, si volvemos al ejemplo del Aquaris X2 Pro, la carga rápida de Qualcomm funcionará de manera óptima con sus propios cables. Es por estos motivos que se recomienda usar el cable original, aunque en casos puntuales podamos echar mano de otros.

Si la batería está llena, retira el cable de carga

¿Cargas el teléfono por las noches? Quizá no sea la mejor idea, o te convenga usar un enchufe con temporizador. Imaginemos que el móvil termina de cargar y se encuentra al 100%. El consumo basal mencionado arriba, dependiente del calor, irá gastando poco a poco la batería hasta llevarla al 99,99%.

Recuerda usar el cable original, y retirarlo cuando llegue al 100%

¿Qué ocurre entonces? El teléfono demanda energía, y el cargador se la da, hasta que llega al 100% unos minutos después. Al poco, el ciclo se repite, y se mantiene durante toda la noche, sometiendo a la batería a una diferencia de voltaje innecesaria y reduciendo su vida útil. Si está cargado, retira el cable de carga. La batería te durará más, y en mejores condiciones.

Imágenes | Aquaris X2 Pro