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La fotografía es un arte y también una ciencia. Empezó teniendo mucho de química y física, también de habilidades técnicas. Sus secretos, ocultos a la mayoría durante décadas, se esconden hoy en los bolsillos de medio mundo. En la era del smartphone, la mejor fotografía está al alcance de todos. Las cámaras de los teléfonos móviles han mejorado exponencialmente en los últimos años y, de su mano, ha aumentado la calidad de las fotografías. Hoy por hoy, ¿qué marca la diferencia entre una buena o una mala foto?

Quizá te hayas comprado una cámara compacta hace poco. O puede que una réflex. Pero si tuviésemos que apostar, muy probablemente, la última cámara que ha entrado en tu casa forma parte un smartphone. Nuestros dispositivos móviles de confianza hacen unas fotos con las que no podíamos soñar hace 10 años. Estos son los elementos que necesitas para conseguir la imagen perfecta. Y ya te adelantamos que algunos no son lo que crees.

Olvídate del número megapíxeles

Puede que haya sido cosa del marketing de los últimos años, de la carrera por sumarle megapíxeles a las cámaras. Lo tenemos grabado a fuego: cuantos más megapíxeles, mejor. Sin embargo, lo que era una verdad como un templo cuando pasabas de 1Mpx a 3Mpx, ha perdido importancia. El megapíxel se refiere a las unidades de color, los puntos, de una imagen digital. Así, más megapíxeles significa fotos de mayor resolución, pero no necesariamente de mayor calidad.

De hecho, en los pequeños sensores de los smartphones, un número alto de megapíxeles puede jugar en contra. A más píxeles en un espacio reducido, más pequeños serán estos puntos de color y menos luz podrán captar, por lo que la imagen final será menos nítida, con más ruido. Además, la gran mayoría de los usuarios comparte las fotografías en redes sociales y otros smartphones, en pantallas de tamaño pequeño o medio, por lo que no necesita de grandes resoluciones.

Pero céntrate en su tamaño

Hemos pasado de refilón. A más píxeles en un sensor pequeño, menor será su tamaño. Así que mejor fijarnos en el tamaño de los píxeles que en su cantidad. El tamaño de un píxel se mide en micras, lo verás señalado como µm/píxel en las características de tu dispositivo. La diferencia entre el 1,1 µm/píxel que ofrecen la mayoría de smartphones actuales y tamaños mayores, como los del BQ Aquaris X y X Pro, es grande.

Cada uno de estos píxeles, que se cuentan por varios millones en las cámaras, tiene una única misión: captar la luz y el color y “digitalizarla”. Así, cuanto mayor tamaño tengan estas celdas, más luz podrán atrapar y mejor será el resultado final de nuestra fotografía.

Fotografía smartphone BQ

La importancia del sensor

En resumen, por zanjar el tema de los megapíxeles, todo pasa por el tipo y el tamaño de sensor. Es aquí donde se alojan, perfectamente distribuidas, los millones de celdas que captan la luz. Por eso, un sensor de más tamaño podrá contener píxeles más grandes, ganará en sensibilidad ante la luz y sus resultados serán más profesionales.

Además, cada vez más sensores determinan la dirección de enfoque y cómo de rápido han de moverse las lentes. Es decir, los píxeles contribuyen a mejorar el enfoque de la toma fotográfica. Así es, por ejemplo, el sensor Samsung 2L7, con tecnología Dual Pixel y un tamaño por píxel de 1.4 µm, que incorpora el BQ Aquaris X Pro.

La fotografía sigue siendo óptica

Quien haya tenido una cámara digital, o (incluso) una analógica, le sonará aquello de que una buena lente lo es todo en fotografía. La afirmación puede parecer un poco exagerada, pero la óptica que incorporen los smartphones tiene mucha influencia en la fotografía final. La lente es la puerta de entrada de la luz hacia el sensor. Una buena óptica introduce la mínima distorsión y no altera los colores del mundo real. Al margen de los aspectos digitales que veremos más adelante, una lente de buenos materiales (mejor cristal y de forma asférica) marcará la diferencia.

Fotografía smartphone BQ

No desprecies los parámetros clásicos

Hemos hablado de sensores y píxeles y pasado de puntillas por las ópticas miniaturizadas de los smartphones. Hay otros factores más clásicos, heredados directamente de las cámaras réflex, que nos conviene conocer si queremos sacar lo mejor de la fotografía móvil.

  • La apertura del diafragma. ¿Por qué hay teléfonos que no son capaces de hacer fotos de noche y otros se desenvuelven sin problema en condiciones de poca luz? La respuesta pasa por la apertura del diafragma. Este parámetro marca la cantidad de luz que se deja entrar hacia el sensor. Cuanto menor sea el llamado número f, más luz podrá pasar. Los smartphones que alcanzan f/2.0 o menos forzarán menos el sensor en condiciones de baja luz y las fotografías tendrán menos ruido y ganarán en nitidez.
  • La velocidad de obturación. Otro parámetro de lo más clásico. Marca el tiempo que podemos o queremos dejar que entre la luz. Cuanto mayor sea este espacio de tiempo, mayor será la exposición, pero más riesgo tendremos de que la foto salga movida (a pesar de los sistemas de estabilización de imagen de la mayoría de móviles). La exposición alta se utiliza, por ejemplo, para tomar imágenes de una puesta de sol o un cielo nocturno, para las que te hará falta un punto de apoyo estable, como un trípode.

Fotografía smartphone BQ

Con velocidades de obturación altas, pasa lo contrario. Las instantáneas saldrán menos borrosas y podremos tomar imágenes de objetos que se mueven a mucha velocidad. Sin embargo, dejaremos entrar poca luz, por lo que es una mala idea si lo que vamos a hacer es una foto nocturna.

Un software que te dé libertad

Todos los factores que acabamos de explicar, y otros que veremos a continuación, se controlan de forma automática en todos los smartphones. Solo tienes que apretar el botón y listo. Sin embargo, conocer y manejar todos los parámetros te ayudará a obtener resultados profesionales, más allá de una simple foto. Para eso, necesitas que el software de la cámara te dé libertad, como el modo profesional que incorpora el Aquaris X Pro.

Además de apertura focal, exposición y velocidad de obturación, un buen software te permite modificar, manualmente, los siguientes aspectos.

  • Sensibilidad ISO. Este parámetro, heredado de la sensibilidad de la película fotográfica (el carrete del pasado no tan lejano), le dice al sensor la cantidad de luz que recoger. Si hay mucha, la ISO deberá ser baja, y viceversa. El problema es que cuanto más subamos la ISO más ruido se introducirá en la fotografía. Encontrar el equilibrio perfecto ya es cosa del fotógrafo.
  • Balance de blancos. Aunque su nombre parece indicar otra cosa, este parámetro ajusta el brillo del rojo, el verde y el azul, los tres colores primarios de la fotografía. Nos permite jugar con la temperatura del color en función de las condiciones de luz que tengamos.
  • Formato RAW. La mayoría de nuestras fotos se toman en JPG. Este formato tiene una calidad aceptable, pero es, en realidad, una compresión de la fotografía real para que ocupe menos espacio en la memoria. Algunos smartphones incorporan la opción de guardar las imágenes en formato RAW, tal y como ha sido capturada por el sensor. Son fotos mucho más pesadas, por lo que solo es recomendable si vas a trabajar con la imagen a posteriori (para editarla, por ejemplo).

Fotografía smartphone BQ

Cuatro consejos para ponerlo todo en perspectiva

Los secretos técnicos de la fotografía están, ahora, en tu mano. No habrá opción ni parámetro de tu smartphone que se te resista. Aquí te dejamos cuatro consejos rápidos para que tengas todo en cuenta la próxima vez que quieras inmortalizar un instante (o hacerte un selfie).

  • Conoce a fondo todas las opciones de tu cámara. Cuanto mejor manejes la herramienta, mejor será el resultado.
  • La luz lo es todo en fotografía. Aunque la mayoría de las fotos las tomamos rápido, sin reflexionar, tómate unos segundos, si puedes, y piensa en la luz. Quizá ajustar manualmente algún parámetro cambie radicalmente el resultado.
  • Mira hacia la luz (esencial para selfies). Si no te gusta el resultado de un flashazo en tu cara, lo mejor es que busques una fuente de luz natural más o menos directa hacia tu rostro. Si la luz está detrás del objeto a fotografiar, podrás jugar con las siluetas.
  • Olvídate del número de megapíxeles. Ya sabes por qué, pero no queríamos terminar este artículo sin volver a recordarlo.

Imágenes | BQ, iStock/oneinchpunch